Friday 9 April 2010

Reflexiones emigradas


Nuestra cruzada en Internet por los derechos de los españoles emigrantes.

Hace apenas una semana que todo comenzó. Viernes santo. Apenas despertado de la duermevela matinal de mi enésimo resfriado, descubro en la edición digital de El País un breve artículo sobre una reforma electoral. Los dos grandes partidos y señores de España, PSOE y PP, discuten en una subcomisión parlamentaria los últimos flecos de una modificación de la Ley Electoral por la que aquellos españoles inscritos en el CERA (Censo Electoral de Residentes Ausentes) sólo podrán votar al Senado, más concretamente a algunos sillones en la Cámara Alta que para tal fin se decidirán por el voto emigrante. El articulo desata una auténtica oleada de comentarios y el periódico, sorprendido por la reacción de sus lectores, retira la reseña de la portada digital a las pocas horas.

O sea que nada de elecciones generales, autonómicas o locales. O lo que es lo mismo: si te vas, no podrás votar. Al menos no a aquellas instituciones que realmente ejercen el poder, porque aunque no voy a discutir aquí y ahora la función real del Senado en la vida parlamentaria española, es evidente que no es precisamente la institución más decisiva para el funcionamiento del Reino.

Ante tamaño atropello, y bastante enfadado por la enésima demostración de indecencia de nuestra clase política, decido que "hay que hacer algo". Y bueno, hacer algo en el siglo XXI suele pasar por abrir un grupo en Facebook o sitios similares. Y eso hago, Ningún Español Sin Voto acaba de nacer. Es un nombre pegadizo, directo, que describe de alguna manera el problema que intentamos si no solucionar, al menos dar a conocer. Y ya tiene más de 800 miembros.

Una de las primeras reflexiones que me asaltan es la velocidad a la que el enfado entre la comunidad de españoles emigrados (estimada entre 1.3 y 1.6 millones) se transmite en la blogosfera y las páginas web de compatriotas en el extranjero. Internet, más allá del cliché, realmente ha transformado la forma en que nos relacionamos como personas, ciudadanos o consumidores. El escrutinio público es ya indudablemente ubicuo y global, vive eternamente a través de cada zona horaria del globo. Pero sus emociones y reacciones siguen atadas a ese terruño que llamamos nuestra tierra.

Pero desgraciadamente la militancia, también la electrónica, vive horas bajas. A pesar de la reacción de la comunidad emigrante, los dos partidos se ponen de acuerdo y deciden que con quitar el voto en las municipales a los inscritos en el CERA (!) se arreglan los numerosos problemas que afectan al sistema electoral español. En fin, un quítate tu para ponerme yo al más puro estilo de la Restauración del XIX. Ellos se lo guisan, ellos se lo comen. ¿Merece le pena seguir peleando? A veces lo dudo. Pero seguiremos haciendo ruido.

Al menos yo seguiré.